Un geriátrico de la localidad bonaerense de Ezpeleta, en el partido de Quilmes, fue clausurado en las últimas horas a partir de las denuncias de maltratos, golpes y hasta ataduras de los ancianos, que permitieron descubrir que funcionaba clandestinamente.
Fue a partir de un operativo de la Policía de Quilmes que efectivizó este martes la clausura del inmueble ubicado en la calle La Guarda al 600, que no contaba con la habilitación correspondiente para funcionar como tal ni con las condiciones mínimas de resguardo edilicio.
Las denuncias que surgieron en las última semana empujaron una investigación judicial que permitió identificar al propietario del lugar y a los empleados, cinco de los cuales están implicados en el delito de «abandono de persona».
La orden de allanamiento fue ejecutada también por la Policía Ecológica, encargada de la desinfección previa de los móviles y los elementos utilizados a fin de resguardar la salud de los ancianos.
Según el detalle de la causa judiciales, el resultado de los procedimientos permitió rescatar a catorce adultos mayores, los cuales se encontraban alojados en «condiciones infrahumanas» con la «capacidad de alojamiento superpoblada y en hacinamiento», con dos habitaciones de pequeñas dimensiones con cuatro camas cada una de ellas, y un dormitorio improvisado en un garaje con seis camas, todas con colchones de goma espuma en mal estado de conservación.