En medio de las negociaciones por la refinanciación de la deuda de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), surgió la posibilidad de que el organismo le inyecte al país el equivalente a 4.300 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG).
Esto es porque tras meses de presión de la mayoría de los países miembros, el directorio del Fondo Monetario Internacional aceptó una asignación de 650.000 millones de dólares (550.000 millones de euros) en derechos especiales de giro (DEG).
El DEG es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el FMI para complementar las reservas oficiales de los países miembros.
Hasta marzo de 2016 se habían creado y asignado a los países miembros DEG 204.100 millones (equivalentes a unos USD 285.000 millones).
El DEG se puede intercambiar por monedas de libre uso; el valor del DEG se base en una canasta de cinco monedas principales: el dólar estadounidense, el euro, el renminbi chino (RMB), el yen japonés y la libra esterlina.
La directora gerente de la entidad, Kristalina Georgieva, celebró que el directorio del Fondo se pusiera de acuerdo para avanzar en este sentido y ahora pretende presentar una propuesta formal en junio.
La economista búlgara destacó, tras una reunión informal mantenida este martes por el directorio, que la idea de proporcionar liquidez adicional al sistema económico mundial complementando los activos de reserva de los 189 países del FMI cuenta con un «amplio apoyo entre los miembros del Fondo».
Esta iniciativa viene siendo impulsada desde principios de 2020 por la secretaria general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, pero los Estados Unidos se oponían.
Ahora, con el cambio de gobierno en la superpotencia global que tiene el poder de vetar una iniciativa como esta por sí solo abrió las puertas para que el Fondo pueda inyectarle liquidez y reforzar las reservas a los países más golpeados por la crisis internacional que provocó la pandemia de Covid-19.
Georgieva anunció su intención de presentar en junio una propuesta formal al Directorio Ejecutivo del FMI para considerar una nueva asignación de 650.000 millones de dólares, basada en una evaluación de las necesidades de reservas globales a largo plazo de los países miembros de la institución, y de conformidad con el Convenio Constitutivo y el mandato del Fondo.
La directiva del organismo apuntó que los técnicos del FMI desarrollarán nuevas medidas para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas en el uso de los DEG, preservando al mismo tiempo la característica de activo de reserva de los mismos.
Asimismo, y en paralelo, el personal también explorará opciones para que los miembros con sólidas posiciones financieras puedan reasignar DEG en apoyo de los países vulnerables y de bajos ingresos.
Si esto terminara ocurriendo, la Argentina recibiría unos 4.300 millones de dólares, correspondientes al 0,66% de su cuota en el organismo. .