Un conductor que la semana pasada atropelló y mató un joven que iba en moto, y no se bajó a asistirlo, fue detenido este martes, luego de que la Policía encontró el vehículo que manejaba en un taller de chapa y pintura, en el que pretendía reparar los daños causados por el impacto.
Según comprobó la investigación judicial, a cargo de la UFI número 4, del Departamento Judicial de San Martín, Federico Joel Argañaraz era quien manejaba el Ford Fiesta negro que el jueves por la noche, en la calle Seguí de Gran Bourg, partido de Malvinas Argentinas, arrolló a un grupo de amigos que volvía de jugar al fútbol.
Por el impacto, Gabriel Garro, de 22 años, murió casi en el acto. Otros tres jóvenes sufrieron heridas, aunque no graves. El lunes, familiares y amigos de las víctimas hicieron público el reclamo de justicia, ya que no se habían producido avances en la causa.
El martes, Argañaraz fue detenido luego de que los investigadores dieran con el auto. Lo había dejado en un taller de chapa y pinturade la calle Los Patos, también en Gran Bourg.
El vehículo, un Ford Fiesta negro, fue peritado y los daños que sufrió coincidían con lo que se veía en el video de las cámaras municipales, que muestra el momento del choque. Tenía golpes en el parabrisas y en el lateral izquierdo. Por eso, rápidamente dieron con el domicilio del propietario, que fue detenido y quedó a disposición del Juzgado de Garantías Nro. 5 de San Martin.
Garro, a quien apodaban Chacho, estaba desocupado y, según contó su padre, se dedicaba a cuidar a sus hermanos menores.
«El auto dobló sin poner el giro y se llevó a todos por delante. Cuando yo miro ya había atropellado a todos y se había dado a la fuga. Quedé en estado de shock después de los ocurrido y no recuerdo nada más. Frené y fui a ver cómo estaban mis amigos. No pude ver nada del auto, solo que el auto era polarizado», relató Leonardo, que venía en otra moto y se salvó.
También, según los testigos, se supo que Garro iba de acompañante y por el golpe quedó tirado debajo de un árbol, sobre la vereda.
Este miércoles por la mañana, frente al lugar en donde Argañaraz quedó detenido, los familiares de Garro seguían con su reclamo de justicia. Hasta allí llegó el primo del conductor y se produjo una discusión.
«Mi primo estuvo mal en irse. Se asustó. No fue su culpa. Puso la luz de giro y la moto lo quiso pasar. Es una buena persona», intentó justificar a Argañaraz, y recibió el repudio de familiares y amigos de Garro que estaban en el lugar.
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